Me pregunto amiga mía
qué dolor es tan fecundo
caminando por el mundo
he sabido de agonía
y también de la porfía
de ganarle con el arte
ésta va siendo mi parte
en el duelo inenarrable
aunque a ratos agradable
que quisiera yo narrarte.
Es la décima instrumento
de genial transformación
paso del sueño a la acción
con palabras yo lamento
y reviso yo muy lento
la tristeza que desgrano
transfiguro yo de plano
es alquimia furibunda
y me salva moribunda
el dolor se va lejano.
Se va lejos luego vuelve
yo retomo mis pinceles
me refugio tras cinceles
del lenguaje que resuelve
pa que del alambre cuelgue
esa lágrima estilando
veo q’está lloviznando
apechugo con presteza
visto verde d’entereza
y me duermo sollozando.
Lloro día, noche y tarde
pasan prestas estaciones
me avasallan emociones
esta cosa está que arde
yo no quiero hacer alarde
de mi herida dolorosa
la devoro yo golosa
me refugio en los maitenes
me deleito en los vaivenes
d’esta vida misteriosa.
Me deleito y me reinvento
en trasnoches de tertulia
vivo éxtasis y abulia
de los bares al convento
feminista que te cuento
yo con hebras escribiendo
esta historia voy tejiendo
de sinónimos que viajan
y que mi pesar atajan
ahorita lo estoy viendo.
Escribir es para mí
un camino saludable
hasta aquello imperdonable
ya se dilucida aquí
se transmuta para así
abrir nuevo derroteros
con un verso compañero
que genera realidad
aunque no sea verdad
me ilumina cual lucero.
Y no sé si al fin me explico
que al leerte allí me veo
deletreando mi carteo
transformista yo me aplico
pinto con mi dedo chico
las imágenes vibrantes
que yo invoco con desplantes
espantar a mis sombríos
personajes algo umbríos
con las letras delirantes.
carmen durán