domingo, 18 de septiembre de 2011
DÉCIMO BAR
VUELVE SOLA A NAUFRAGAR EN ESOS BARES
ATURDIENDO EN EL ALCOHOL TIEMPOS PERDIDOS
DONDE SUELEN ENCONTRARSE LOS VENCIDOS
BARAJANDO ENTRE LOS VASOS SUS PESARES.
ALLÍ TODOS LOS QUE LLEGAN SON JUGLARES
QUE DECLAMAN EN VOZ ALTA SU ALEGRÍA
DISFRAZADA DE UNA ABSURDA POESÍA
QUE SE ESCRIBE EN EL FRAGOR DE ESE BULLICIO
Y SE DEJA DE PROPINA EL MALEFICIO
DE ALGÚN VERSO QUE QUEDÓ SIN AUTORÍA.
UNA MÚSICA RETUMBA EN EL OÍDO
ZIGZAGUEANDO LOS PASILLOS INTERIORES
Y SE PONEN A LLORAR VIEJOS DOLORES
QUE NO ENCUENTRAN LOS SENDEROS DEL OLVIDO.
NO SE OYEN SUS SOLLOZOS CON EL RUIDO,
ES EL BAR UNA GUARIDA A LA TRISTEZA
DONDE LO QUE SE TERMINA NUNCA EMPIEZA;
DE TAN LLENO QUEDA EL VASO DERRAMADO
Y ESE TRAPO MISERABLE SE HA EMPAPADO
DE SUS LÁGRIMAS FLOTANDO EN LA CERVEZA.
(BCR)
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